Proyecto que aborda la presencia de las paleterías establecidas en el paisaje rural y urbano en diferentes lugares de México y el extranjero cuyo origen se remonta a 1930 en Tocumbo, Michoacán. Las cuales forman parte del imaginario colectivo como espacios que guardan historias y experiencias. A consecuencia de su atractivo como modelo económico que ha prosperado mediante el negocio familiar o de pequeños empresarios, propició un desdoblamiento descontrolado de locales, alterando el elemento original, pero creó un referente de identidad de la cultura Michoacana que ha mantenido su atractivo. Sin embargo, en el 2012 la violencia en el país obligó al cambio de nombre en los establecimientos para evitar la mala fama asociada al nombre del Estado. Esta dislocación visual es el punto de partida que explora los elementos de identidad de las paleterías como espacios resilientes y de cómo estos sistemas económicos se adaptan a las circunstancias que inciden en el contexto, deconstruyendo los elementos visuales a través del soporte fotográfico.