Aunque a primera vista no me atraía ver esta serie, los buenos comentarios que leí de ella me hicieron darle el beneficio de la duda, ¡y debo admitir que me ha sorprendido!. Hablar de Fargo, es hablar de una de las películas y personajes de los hermanos Coen que han logrado crear su propio universo en la memoria del espectador. Allá en 1996, aquella historia sobre un hombre tímido casado con la hija de un millonario, que decide contratar a un par de delicuentes para que secuestren a su esposa, y que se le escapa de las manos, nos abrió la puerta a un viaje salvaje, divertido y sangriento en medio de un desierto helado de Minnesotta, representando un eco de reconocimientos y premios para los hermanos Coen. Aquí la serie expande con acierto el escenario de humor negro, sangriento y estrambótico, con una historia diferente en aparariencia, tejida con un hilo diferente, pero de la misma madeja. Aunque para mi gusto pienso que se estira demasiado en los últimos capitulos con la trama de “Las Vegas” que, aunque concluye, deja pequeños rechinidos antes de cerrar la puerta. Sin embargo, la serie recopila con éxito el universo “Fargo” en todo su esplendor, y por esa razón vale mucho la pena disfrutarla.